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domingo, 23 de junio de 2013

Enfrentamiento Artigas-Directorio

José Artigas era un prestigioso oficial del cuerpo de Blandengues, milicias rurales de la Banda Oriental, cuya incorporación al partido independentista decidió a muchos orientales a unírsele. Al frente de ellos venció en la Batalla de Las Piedras (1811), iniciando el sitio de la ciudad de Montevideo. Este hecho permitió iniciar la identificación de la Banda Oriental como un territorio unificado, ya que hasta entonces estaba dividido en tres administraciones diferentes.
Cuando el Primer Triunvirato acordó una paz con el virrey Elío, por la que se le entregaba toda la Banda Oriental a los realistas, los orientales rechazaron el pacto, nombraron a Artigas Jefe de los Orientales y se retiraron hacia el río Uruguay, hecho conocido como el Éxodo oriental.
A comienzos del año siguiente se reinició el sitio, al mando de José Rondeau, que junto a Manuel de Sarratea se dedicaron a quitarle a Artigas sus mejores oficiales, iniciando una crisis que llegaría lejos. De todos modos, Artigas se unió al sitio poco después de la batalla de Cerrito.
El Segundo Triunvirato convocó a la Asamblea del año XIII; con cierto retraso debido a la guerra, el pueblo oriental fue convocado por Artigas en el Congreso de Tres Cruces, donde fueron elegidos los representantes de la Banda Oriental. Al enviarlos a Buenos Aires, el Congreso oriental les dio claras instrucciones de reclamar la independencia absoluta de España, organizar el estado en la forma federal, haciendo que los gobernadores fueran electos por cada provincia, separar los tres poderes del estado, establecer formalmente la Provincia Oriental y fijar la capital fuera de la ciudad de Buenos Aires. Esto último se debía a los antiguos conflictos políticos y comerciales de Montevideo con la capital del virreinato.
La hipótesis que sostenía Artigas era que todos los pueblos tenían los mismos derechos y la capital era sólo la residencia de las autoridades elegidas por las provincias. Esto es, que la Revolución no era sólo un cambio de amos, en que los pueblos hubieran pasado de ser súbditos de los españoles a súbditos de los porteños.

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